lunes, 24 de febrero de 2014

FIRST TIME

La emoción y la angustia de una nueva etapa no me dejaron dormir toda la semana, era tiempo de crecer, nuevos compañeros, nuevas actividades, materias que nunca había llevado, la prepa se me abría como un nuevo universo totalmente desconocido, cuando podía conciliar el sueño me perdía en medio de un todo vacío negro avanzando entre la total obscuridad y de repente tropezaba, no era precisamente una pesadilla, pero una sensación de angustia me acompañaba durante mi sueño, por otro lado no podía dejar de caminar y sabía que si avanzaba más empezaría a encontrar señales de vida o alguna tenue luz, cuantas emociones recorrían mi cabeza y mi cuerpo, mi apetito y mi estómago estaban convulsionados, por fin mañana era el gran día.

Los últimos días en la secundaria no habían sido los mejores, de repente en tercer año di el “estirón”, pasé de ser de las medianas-chaparritas a la última de la fila, 1.78 de estatura me permitió ser por fin la capitana del equipo de volibol y la principal anotadora, de repente todos mis compañeros se fijaban en mí, mis compañeras al contrario me empezaron a dejar de hablar, las que antes se burlaban de mi por lo plana que estaba me volteaban a ver de reojo, yo me sentía un poco apenada por este doble crecimiento, de estatura y de bubis, la estatura me venía muy bien para el equipo, pero las bubis me abrumaban, un par de veces noté como se me quedaba viendo un mocoso de primer año, y lo peor fue cuando su amigo me aventó corriendo y me las apachurró, me dio mucho coraje me puse roja y me fui al baño a llorar. Me sentía rara, como que no encajaba, las pláticas de mis compañeras me parecían muy estúpidas hablando de marcas de ropa y de los “hombres” guapísimos y experimentados que nos esperaban en preparatoria, recuerdo a una en especial que hablaba de sus encuentros con un chico de universidad, la verdad es que no entendía a bien sus pláticas y ni me interesaban, por otro lado mis compañeros empezaban a hacerme insinuaciones que me abochornaban y sentía que se burlaban de mí, mi grupo de amigos se limitó a un par de compañeras de equipo de mi mismo grado y a Pedro y Bernardo los dos más estudiosos del salón, todos decían que Berni era maricón pero a mi no me importaba, decía cosas tan divertidas y tan interesantes y me repetía incesante que para qué estudiaba, que con lo largas que se habían vuelto mis piernas conquistaría al mundo pero que tratara de mantenerlas cerradas lo más que pudiera y que escogiera muy bien al primer hombre de mi vida porque lo recordaría por siempre, pero sobre todo que no confiara en nadie a la primera, la verdad es que tener novio era lo q menos me interesaba, los niños de la escuela salvo Pedro y Berni me parecían tan tontos que todo lo que me importaba era anotar muchos puntos en el siguiente partido y tratar de sacar las mejores calificaciones para conseguir la beca deportiva en el bachillerato de la universidad privada de mi ciudad, era el mejor equipo de volibol del país y también tenía varías de las carreras más prestigiadas y obtener la beca les ahorraría a mis padres al menos la colegiatura de la primera de sus 3 hijas.

Y así llegó el gran lunes, Berni se había inscrito en la misma escuela que yo y convenció a sus padres de dejarlo dormir en mi casa para ir juntos al primer día de clases, mis padres lo veían de alguna forma como un hijo más, el hijo varón que no tuvieron, no precisamente el que se imaginaron pero si uno que los hacía reír mucho y con el cual sentían que su hija bonita podría estar siempre acompañada y segura, y si, la verdad es que Berni me cuidaba como perro guardián, en las fiestas a las que íbamos era el primero en decir que ya era hora de irnos y si algún muchacho se acercaba a hacerme plática no se separaba ni un segundo y a los 5 minutos ya estaba entre los dos acaparando la atención. La verdad es que no me molestaba en lo más mínimo al contrario, era un gran alivio para mí, hasta ese día. Sus padres le habían regalado un convertible por sus calificaciones y por haber obtenido la beca de excelencia por el mejor examen de admisión, yo logré mi beca deportiva así que con mi primer día de clases me esperaba mi primer día de entrenamiento, casi le da un infarto cuando le dije en pants que estaba lista, “¿¿¿ESTÁS LOCAAAA HONEY??? Gritó a todo pulmón, y rápidamente fue a mi closet para sacar una falda corta y una blusa que me había regalado, “La primera impresión es la que cuenta” dijo, “No quieres que al primer  día de clases te conviertas en la niña de las pijamas, ten, ponte estos tacones y nada de que me duelen los pies, aparte los pants no combinan con un convertible” “No seré la de las pijamas, pero niña jirafa si” “Top Model, Honey, así que a impresionar”.

El estacionamiento nos estaba esperando a medio llenar, nos pusimos junto a una camioneta y justo cuando iba bajando también se bajó su conductor, la verdad es que no lo vi  y chocamos tirando mis libretas y mi laptop, Era un chavo de Universidad, 15cms más alto que yo, me pareció inmenso,  me ayudó a recoger mis cosas y sonriendo me dijo “Hola, soy Roberto, prepa verdad?” balbuceé un “sí”, “¿Primer día?” solo acerté a decir otra vez “sí”, “Te acompaño, los salones de prepa me quedan de camino” dijo mientras cargaba mis cosas, Berni intervino con un airado “Viene conmigo”, me puse rojaaaaa, me había olvidado de Berni por un segundo y no sé por que por primera vez en mi vida deseaba que no estuviera junto a mí, Roberto dijo, “bueno pues los acompaño a los dos” Berni me tomo de la mano y como siempre acaparó la conversación, en los 5 minutos que tardamos en llegar al salón supimos que Roberto estaba en último año de Universidad, jugador de Americano y estudiaba ingeniería industrial, se despidió de Berni y después de mi con un “Adiós Niña Guapa” y una sonrisa, volví a ponerme roja e inmóvil, “La próxima vez que te vea me dices tu nombre” y se alejó “Marina” grité cuando ya había avanzado unos 20 pasos, “Marina” Volví a gritar y volteó con su encantadora sonrisa para alejarse otra vez, Berni se acercó pegándose a mi oído y cruzando su mano por mi cara hizo un tronido de dedos y dijo “Despierta”.

Dos semanas de encuentros casuales en el campus con Roberto y me invitó a ir al cine, Berni se puso como histérico en cuanto le conté, “¿¿¿Estás Loca honey???” es mucho más grande, búscate uno de tercero de prepa, pero uno de último año de universidad?” dos horas después y Berni ya lo había investigado de Pe a Pa, no se contuvo en pasarme el informe completo: “Tiene una fama de mujeriego tremendo, y al parecer ha embarazado a un par de chavas que terminaron en aborto, Su última novia oficial debió haber regresado este semestre para terminar su último año en la misma carrera que él pero al parecer le afectó muchísimo que cortaran, dicen que no respeta ni a las novias de sus amigos, y por supuesto no deja libre a ninguna de las golfas que vienen de intercambio”, No me percaté de nada de lo que me dijo, solo pude decirle “Porfa, Porfa, el sábado voy a decir que salgo contigo, pasas por mí y me llevas a la plaza? Primero vamos a tu casa y me ayudas a arreglarme? Me quiero ver increíble”, “No seré tu alcahuete honey” dijo Berni, con cara de enojado y después de una pausa de 5 segundos “Esta bien, pero porfa, ten mucho cuidado con ese cabrón y me cuentas tooooodo, y yo pasó por ti otra vez a la plaza, no salgan para nada de ahí”.

A las nueve en punto Berni estaba marcándome desde la puerta del cine, tardamos 5 minutos en llegar, al verlo  Roberto dijo “tu Chihuahua Guardián no te deja ni respirar, verdad? Pero eso va a cambiar pronto, vas a tener a un hombre de verdad que te cuidará” se despidió de mi tronándome un beso en la mejilla y le hizo un ademán a Berni, corrí hacia donde estaba volteando para ver a Roberto, “Honey, PARAAAA” dijo Berni con tono de enojado, “estás como toda lela wey” “Ya Berni, Déjame en paaaaz”, nada podría quitarme la sonrisa de la cara, “Bueno y como te fue?” “Muy bien” y mi sonrisa aún más grande se pintó en mi rostro, “Es todo un caballero, no hay nada de qué preocuparse, es super atento, estuvimos platicando de todo, de cómo me iba en el equipo de voli, que si quería entrar a la selección de las grandes, de mis materias, de mi familia, hasta de ti!, en el cine me tomó de la mano! Pero no quiso agarrar de más, me dijo que quería que nos veamos más seguido fuera de la escuela” “¿Por qué afuera de la escuela?” preguntó Berni enchuecando la boca, “No sé, para conocernos mejor supongo”.

Una semana más y el primer beso, en el parque cerca de mi casa, recargados en su camioneta me tomo de la cintura y viéndome diréctamente a los ojos dijo “Me Fascinas Marina” y se acercó a mi cara, pude sentir cómo su labios tocaban poco a poco los míos y mis piernas se doblaron, sentí que me iba a caer y temblaba, fue un beso tierno, muy lindo, mi primer beso, los labios de Roberto sabían a…, no sé a qué, pero ¡quería volver a sentirlos! Pasaron otras 3 semanas y nuestra primer fiesta juntos, Berni pasó por mí a casa, estaba un poco enojado porque lo había hecho un poco a un lado y según él seriamos los Reyes de la prepa, pero ahora pasaba todo mi tiempo entre el equipo, Roberto y mis tareas, también estaba preocupado, la fama de Roberto no le gustaba para nada y me decía que no lo dejara tocarme nada ni llevarme a lugares a solas.

Roberto pasó por mí a las 8, mis padres me dieron permiso hasta las 12 confiados en que Berni siempre se encargaba de que regresáramos a casa puntuales, me pidió que le mandara mi ubicación para que pasara por mí a las 11:30 en punto, llegamos a una casa en una colonia muy fresa pero no había nadie, Roberto me abrió la puerta y dándome la mano me ayudó a bajar, Pregunté por qué no había gente, y  me dijo “Ven, es mi casa, mis padres no están, la verdad es que prefiero estar a solas contigo y cenar y platicar juntos al ruido y a mis cuates del equipo borrachos, aparte pensé que te gustaría más que tuviéramos una noche especial”, “Noche especial?” pregunté “Si, ven, acompáñame, te tengo una sorpresa” tomó mi mano y me llevo al jardín de la parte trasera, en la mesa del jardín estaba un enorme ramo de flores, lo tomó para dármelo, y al momento de estirar mis brazos tomo una de mis manos diciendo: “Marina, Quieres ser mi novia?” Me quedé petrificada, la verdad es que ni se me había ocurrido aún esa posibilidad pero creo que descubrí que en ese momento era lo que más quería, sin pensarlo dije “Si, Si Roberto!” Roberto me tomó de la cintura y me cargó, me dio un enorme beso, me puso otra vez en el suelo y gritó “Tengo novia” mientras saltaba a la alberca que se encontraba a unos pasos, se veía eufórico y muy feliz, “Ven mi niña está riquísima el agua” “la verdad es que no lo pensé y también me aventé llena de alegría, mi primer novio, el chavo más guapo de la universidad y el más atento y tierno, estaba feliz, nos besamos profundamente en la alberca, Roberto no intentó propasarse en ningún momento y sólo me tomaba firme de la cintura, me hacía sentir protegida y que estaba segura con él, después de un rato de besarnos y juguetear me empezó a dar frío, “Estas temblando novia” dijo Roberto, ven vamos a secarnos, salimos de la alberca y me dirigió a su cuarto, puso una gran toalla sobre mis hombros y me arropó con ella tiérnamente, él se quitó la ropa y se empezó a secar mientras permanecía desnudo sin pudor alguno, yo me sonrojé un poco y me volteé mientras me quitaba la ropa mojada por debajo de la toalla, justo cuando terminé sentí que ponía sus manos en mis hombros y pegando su boca a mi oído susurró “Eres hermosa Marina” estaba temblando, pero algo dentro de mi deseaba que continuara, ¿qué podía pasar?, ya era su novia y estos días había sido tierno y muy respetuoso, estaba segura de que Roberto me cuidaba: me hacía sentir increíblemente segura y que no había nada en el mundo más importante que yo. Me fue quitando poco a poco la toalla mientras acariciaba suavemente mis hombros y mis brazos, me volteo hacia él y me besó, me acariciaba con tranquilidad haciéndome sentir increíble, me llevó poco a poco a su cama, cuando llegamos a ella me cargo en sus brazos y me dijo “TE AMO” dándome un beso apasionado, le pedí que fuera cuidadoso y le mencioné que era mi primera vez, le pedí que se pusiera un condón, pero me dijo que como era mi primera vez me irritaría y me dolería más, me dijo que no me preocupara por un embarazo me preguntó que hace cuanto había reglado y le mencioné que hace 6 días, “todavía no eres fértil” la verdad es que no recuerdo la clase de biología donde vimos ese tema, me dijo que no tuviera miedo nada iba a pasar y el estaría siempre junto a mí y así pasó mi primera vez, a veces creo que esa fue la última, fue un momento mágico, en ese instante sentí que era lo más importante para Roberto y definitivamente él lo era para mí.

Permanecimos acostados el uno junto al otro, un claxon nos despertó con su pitido escandaloso afuera de la casa de Roberto, era Berni que estaba afuera, había movido cielo mar y tierra para conseguir la dirección de Roberto, mis padres le habían marcado a las 12:30 al ver que no llegaba a casa, no les había contestado, había estado buscándome desde las 11 porque no le había mandado la ubicación por whats y a partir de esa hora cuando me marcaba entraba a buzón (me aventé a la alberca con todo y celular :S) así que se asustó y fue a recorrer casas y a llamar por teléfono a cuanta persona pudiera conocer a Roberto hasta que nos encontró, Estaba furioso, Roberto abrió la puerta y Berni entró como fiera gritando “Marinaaaa” me puse una bata que encontré en el baño de la habitación de Roberto y bajé, “Qué te pasa Berni?” pregunté un poco enojada, su mirada de desaprobación me incomodó aún más, vístete “Tus papás me están marcando y no les he contestado por que no sabía qué mentirles, en las que me metes honey, vístete y vámonos ya” fui por mi ropa todavía húmeda y le pregunté a Roberto si me podía quedar con la bata “Claro Mi amor”, “Nos vemos pronto” y me dio un beso en la mejilla, “Adiós Novio” Contesté, “Adiós Novia”.

Berni, me llevó a casa de una de nuestras amigas de la prepa para que me prestara ropa seca y no llevarme en bata ni a su casa ni a la de mis padres, todo el camino estuvo enojado y sin hablar, finalmente cuando ya íbamos a mi casa preguntó, “¿Bueno y cómo estuvo?” “Increible” grité emocionada, “ahhhh” gritamos emocionados, “y entonces ya son novios?” “Siiiii, soy la novia de Roberto, el hombre más atento y más guapo de la universidad y del mundo”. Berni se quedó el domingo en mi casa para hacer tarea, no supe nada de Roberto, recordé que nunca le había dado el teléfono de mi casa y pues mi celular quedó inservible tras el chapuzón, estaba segura que como en el primer lunes de clases, lo encontraría al llegar a la escuela, esta vez con un enorme ramo de flores, eso no pasó, no estaba esperando en el estacionamiento y no se apareció por los salones de prepa en toda la mañana, al término de mi segunda clase no pude esperar más y corrí hacia los salones de ingeniería, no lo encontré, así que me regresé a mis salones, recordé que a las 4 tenía entrenamiento así que estuve ahí a esa hora para verlo entrenar, lo vi salir de los vestidores y correr por la pista hacia el campo, emocionada grité “Robertooo” el solo volteó y se siguió hacia el campo estuve sentada en las gradas todo el entrenamiento, ni un solo ademán o saludo de su parte, lo más humillante fue cuando terminó mientras esperaba afuera de los vestidores, salió con sus amigos bromeando y riéndose, “Roberto” lo llamé, sólo volvió a voltear e hizo un leve ademán de adiós, mientras se alejaba con sus amigos, me quedé petrificada, no sabía que hacer, lo seguí de lejos hasta el estacionamiento y cuando se iba a subir a su camioneta le grité una vez más con la voz entrecortada “Robertooo” esta vez ni una mirada obtuve, prendió la camioneta y se alejó, no me pude contener y empecé a llorar mientras repetía su nombre “Roberto,… Roberto,… qué pasa, Roberto…”. No sé cuánto tiempo  estuve así, sentada en una jardinera, de repente unas luces me iluminaron, era el convertible de Berni, corrí inmediatamente al auto, me solté llorando en los brazos de mi amigo, nos abrazamos fuerte y estuvimos así llorando los dos juntos un largo rato, “honey, sabes que pase lo que pase siempre vas a contar conmigo, ya me tocará a mi sufrir y tú me consolaras, te quiero amiga, te quiero mucho” dijo Berni mientras encendía el auto para llevarme a casa, en cuanto entré subí a mi cuarto y me encerré, no quería ver a mis papas, no sabía que explicarles, tocaron a mi puerta y solo acerté a decirles con la voz lo más controlada que pude que tenía mucha tarea, “tienes que cenar Marina” les dije que ya había cenado con Berni, me sentía destrozada un dolor enorme me recorría partiéndome desde la frente hasta el vientre, y luego se empezaba a multiplicar por cada centímetro de piel que había tocado Roberto hasta que explotaba y me sentía un vaso caído al suelo rompiéndose una y otra vez, una y otra vez esa sensación, y ese dolor, no pude dormir toda la noche, una y otra vez ese inmenso dolor hasta que vi la tenue luz que se colaba por mi ventana, vi el reloj y eran las 6:20 todavía faltaban 10 min para que sonara mi alarma y el gran dolor seguía ahí.

Así siguió todo el semestre, me sentía profundamente engañada, sentí que no valía nada que había sido un juguete, lo peor empezó un par de semanas después, con un poco de cansancio, ganas de vomitar y un asco terrible, lo atribuía a mi tristeza generalizada, pero algo estaba pasando dentro de mí, un mes después y la angustia de no tener mi periodo, me concentré en mis clases, las tareas y los entrenamientos para tratar de no volverme loca, otro mes más y mi periodo no llegaba, Berni estaba desesperado, decía que ya no era la misma y trataba de animarme y llamar mi atención, no dejaba de insistir en invitarme a fiestas y a eventos que yo rechazaba, se aparecía en mi casa con cualquier pretexto y a veces aceptaba salir para no preocupar a mis papás pero decía que ya no era divertida, llegó el final de semestre y no pude más, antes de empezar los exámenes exploté con Berni “Wey, van dos periodos que no me baja, está por llegarme el tercero, no sé qué hacer amigo”, “Wey no mames, voy a ser tío” la voz de Berni era algo confusa, parecía asustado tratando de fingir para darme ánimos, “ya le dijiste a ese cabrón?” preguntó Berni, “Lo he intentado varias veces, pero ni siquiera me deja acercarme, cuando he ido a su salón se va, o en el estacionamiento huye, lo más que he logrado es en los vestidores, que me dijo que tenía prisa y que luego me buscaba, lo he visto algunas veces con chicas y me dan ganas de gritarle y golpearlo, todavía no me he hecho ninguna prueba, pensé que si no lo hacía entonces no estaría embarazada, no sé qué hacer Berni”, “Pues hoy en mi casa, wey sin excusas” dijo Berni, le pedí que mejor esperáramos a que terminaran los exámenes, de todos modos iba a seguir embarazada, nos reímos, creo que fue la primera risa que tenía en todo el semestre.   

La semana de exámenes pasó muy rápida, estuve concentradísima en estudiar y en los entrenamientos, no quería pensar en nada más, llegó el viernes con el examen de química el más difícil de todos, Berni y yo estudiamos toda la noche, el examen parecía de titulación, 1 hora de examen escrito y luego esperar para el examen oral, era un Nazi ese maestro, por fin llegué a casa a las 7pm después de entregar las últimas tareas de proyectos finales y el último entrenamiento del semestre y de repente me invadió una sensación de vacío, el dolor que había estado adormecido volvió con todas sus fuerzas, una ansiedad y una angustia terrible se apoderaron de mí, quería gritar, llorar, golpear la cama, romper todas mis cosas, quería ir a casa de Roberto y romper los cristales, aventar todos los finísimos muebles de su casa a la alberca, quería encontrarlo y golpearlo, de repente no me reconocí y me sentí profundamente asustada, recordé mi periodo y sentí que no podía estar embarazada, no debía estar embarazada, no creía estar embarazada, estaba como loca, solo acerté a ir al cuarto de mis padres y sacar una pastilla de dormir del cajón de mi madre, me tomé una y sentí que no me hacía efecto, solo habían pasado 10 minutos pero yo sentía que habían sido horas, quería escapar, no sé a dónde, creo que quería escapar de mí, a donde fuera, a donde pudiera dejar de sentir, tomé otra cápsula y tras unos minutos otra, y otra, perdí la cuenta en la quinta pastilla, y luego lo conseguí… ya no recordé, ya no sentí.

Berni llegó a las 10.00pm a mi casa, iríamos a la fiesta de fin de cursos, Mis padres habían ido a un compromiso, mis hermanas estaban en casa de una tía, en una pijamada con mis primas, me marcó infinitas veces, y desesperado saltó la reja, entró por la puerta de la cocina que sabía que siempre estaba abierta y corrió a mi cuarto, a las 10:50 ya estaba una ambulancia afuera de mi casa y el equipo de rescate en mi cuarto dándome los primeros auxilios, no recuerdo nada de eso, pero me mencionaron que tenía el pulso muy bajo, no sabían bien a bien que podría haberme pasado y me llevaron así al hospital, mis padres iban en camino para allá, Berni iba en la ambulancia cuando recordó que siempre nos burlábamos que para llegar tarde les daríamos una pastilla de las que escondía mi madre en su cajón a mis padres y a los suyos, les dijo eso a los rescatistas y en el hospital ya me estaban esperando para hacerme un lavado estomacal.

Recuerdo la luz del domingo, una luz tenue que entraba por un pequeño espacio entre la persiana y la ventana del cuarto, como iba abriendo los ojos poco a poco con esa luz y una necesidad inmensa me hizo llamar a mi madre, “mamá?” mi madre corrió hacia mi cama a abrazarme, se abalanzó hacía mí llorando, “Mi vida”, “Mi niña hermosa”, Mi padre también en lágrimas se unió al abrazo, Berni nos veía también bañado en llanto, no se había despegado de mi habitación desde el viernes, de verdad que no podría tener mejor hermano en la vida. El abrazo de mis padres y la presencia de Berni me dio una claridad tan serena como la luz de la ventana, me sentí liberada de mi misma, liberada del dolor profundo que me había causado yo misma por haber confiado tan rápido en Roberto, por haber sentido tan rápido eso tan grande, me sentí ligera y sobre todo me volví a sentir amada, inmensamente amada, me dejé caer agradecida y protegida en los brazos de mis padres con un llanto que salía sin parar, y con él se estaba yendo mi dolor, poco a poco se fue calmando y fue el turno de Berni, mientras me abrazaba me decía “Stupid, me asustaste, pensé que me quedaría sin mi honey” nos reímos entre lágrimas, de repente una sensación extraña me atrapó, recordé las palabras de Berni “Wey no mames, voy a ser tío”, un acto reflejo me llevó las manos hacía el vientre, fue la primera vez que lo mencioné “¿Mi bebé”? ¿cómo está mi bebé?”, Mi madre se acercó y me tomo la mano, Berni sostenía la otra, “Tu bebé, no estará con nosotros, tuvieron que acerté un legrado” dijo mi madre con voz entrecortada, “hay otra cosa que debes saber mi niña”, mi madre no pudo contenerse y soltó el llanto, mi padre tampoco pudo hacerlo, mi padres habían confiado a Berni lo que pasaba y él fue quien lo mencionó, “Honey, tienes VIH”, me quedé petrificada, inmóvil, el silencio invadió mi comprensión, mi mente se quedó totalmente en blanco, el llanto de mis padres se perdió en mi cabeza como si estuviera a kilómetros de distancia, la imagen de Berni se empezó a desvanecer, totalmente en blanco, totalmente inmóvil, flotando en el espacio, sola, sin nada, sin nadie. Y empezó a retumbar en mi corazón, VIH, VIH, VIH una y otra vez y VIH se tornó en la palabra SIDA, SIDA, SIDA. “¿Tengo sida?” pregunté saliendo del estupor, Berni empezó a decir una gran cantidad de palabras que no entendía “No Honey,  el SIDA es una enfermedad que aparece si no te cuidas, afortunadamente te han detectado a tiempo y no tendrás que sufrir, sólo te vas a tener que cuidar mucho, y tomar tratamiento y bla, bla, bla… la verborrea de Berni se volvió a tornar lejana y otra vez sólo retumbaba en mi mente la palabra SIDA, SIDA, SIDA, tengo SIDA, SIDA,…

Llegó el 2do semestre, las Vacaciones habían sido un cambio radical en mi vida, nunca había estado tanto tiempo entre doctores y haciendo análisis de sangre y visitando la clínica del Capasits, investigando que eran CD4, Carga Viral, EST’s, formas de contagio, Antirretrovirales, enfermedades oportunistas, me había aferrado a una idea, vivir al máximo y no dejar que esta estúpida enfermedad me destruyera, necesitaba concentrarme en vencer a este maldito virus, no podía dejar que un solo segundo pudiera entrar la angustia, sentía que si dejaba una pequeña rendija para ella, me iba a carcomer y no podría vivir con el miedo de saber que traía una sentencia de muerte en mis venas, Berni me acompañaba en cada momento y aprendió tantas o más cosas que yo, nos hicimos voluntarios de la clínica del Capasits y cuando empezaran las clases iríamos a las escuelas a repartir folletos (por nuestra edad no nos dejarían repartir condones). Sólo había un pensamiento que de repente me era inevitable controlar, tenía un miedo terrible a regresar a la escuela, tenía un miedo terrible de encontrarme a Roberto, tenía un miedo inmenso de mi misma y de qué podría hacer al encontrarlo, no sé si me pondría a llorar, si trataría de golpearlo, si le rompería los faros y los vidrios a su camioneta si me la encontraba en el estacionamiento, de repente me atacaba la idea de enviar un correo masivo a todos los alumnos de la universidad contando la historia que tuvimos y lo que me pasó por estar con él.

Otra vez otro inicio de clases sin poder dormir antes del primer día, la ansiedad se apoderó de mí y tuve una noche terrible, me angustiaba la reacción de mis compañeros, “¿se habrán enterado de lo que pasó?” “¿Me seguirían aceptando en el equipo?” “¿Le tendría que avisar al coach y a mis maestros de mi situación?” “¿Podré con el esfuerzo físico de estar en el equipo y tener buenas calificaciones?”, muchas dudas pesaban sobre mí, pero en el fondo mi temor más grande era la presencia de Roberto, no sé cómo fue que pude lidiar con su existencia en la escuela después de que jugó conmigo, el campus era grande pero inevitablemente lo llegaba a ver, no sé cómo podría verlo ahora, nunca, nunca, nunca había odiado a nadie y no es un sentimiento que quiero conmigo, nunca había sentido esta rabia provocada por una persona escarbándose y afectando cada poro de mi piel. Afortunadamente no me lo encontré ese día ni durante toda la semana, el viernes Berni pasó por mí al entrenamiento, para llevarme a casa, sabía que tenía algo que decirme porque había estado callado y de repente asestó “Roberto está en el hospital, parece que tiene una neumonía muy fuerte, creo que está grave” Una angustia y un enojo diferentes se aparecieron de pronto, ¿Podría enfermar yo así?, ¿había estado tan cerca de la muerte y no lo había visto?, ¿Cómo pude dejarme llevar tan fácilmente? ¿Por qué todavía no me dan tratamiento los doctores?, ¿Van a esperar a que yo enferme así de grave?, ¿Cómo se estará sintiendo Roberto?, ¿Por qué no se cuidó?, ¿Por qué no me cuidó?, ¿Terminar así a los 22 años una vida que parecía tan perfecta?, ¿terminar así yo a los 16 cuando lo único que quiero es vivir a tope, con tanto qué disfrutar, con tanto qué lograr, con tanto qué compartir?.

El sábado a medio día Berni llegó a mi casa, “Roberto lleva internado 3 semanas, al parecer llegó por diarreas y resulta que también traía principios de neumonía, sus padres lo quieren llevar a un hospital en otra ciudad y no dejan que nadie lo visite, de todos modos por ahora no puede recibir a nadie”, “¿Pero si la última vez que lo vi, creo que fue en la semana de exámenes, me parecía que se veía más musculoso que siempre? ¿Por qué decayó tan rápido? Berni tengo miedo, mucho miedo” “Honey, no te preocupes, seguramente llevaba mucho tiempo con esto y no se había atendido, a ti te detectaron a tiempo y vas a estar en constante revisión, tus papás y yo estaremos siempre al pendiente de que estés bien, también supe que se había inyectado esteroides, de hecho eso es lo que están diciendo en la escuela que se enfermó por que se inyectaba, creo que sus papas fueron los que dijeron eso, y parece que hasta quieren demandar a la escuela, pobre Roberto”.

Sus padres mandaron a Roberto a vivir a otra ciudad, estuvo entrando y saliendo del hospital, parece que nunca aceptó su situación y se rehusaba a tomar medicamentos, No sé cómo hacía Berni pero se enteraba y me ponía al tanto de su situación, alguna vez pensé en verlo, pero no estaba segura de para qué, finalmente el destino hizo que fuera a esa ciudad a estudiar la carrera y mis actividades voluntarias me llevaron al hospital donde “vivió” por última vez Roberto, me topé con él de forma inesperada, a mí me tocaba recibir a los pacientes del programa Capacits y apuntar sus datos para la consulta, no lo reconocí, estaba convertido en un saco de huesos y caminaba con bastón, su tía lo llevaba a fuerza a la consulta, al ver su nombre apuntado mi corazón empezó a palpitar con fuerza, tomé sus datos en forma temblorosa y me alejé, pero de repente un impulso muy fuerte movió mi cuerpo y me llevó otra vez a él, estaba sentado, respiraba con dificultad, me vio acercarme y volteó la cara, llegué frente a Roberto, me puse en cuclillas y tomé sus manos, las besé y le dije que pronto iba a estar bien, Roberto falleció 2 meses después.

Hace un par de años terminé la carrera, Licenciatura en Psicología, estoy estudiando un diplomado en sexualidad, no sé qué me depare el destino, no he podido tener novio, pero Berni se ha encargado de tener muchos por mí, no es que me niegue a tener uno y ya no siento dolor por lo que pasó con Roberto, quizá me da pánico enfrentar el hecho de tener VIH y que mi posible novio no, trabajando en el Capasits me he dado cuenta de lo difícil que puede ser esta enfermedad, pero también he visto que a muchos pacientes les va “Bien” para ellos ha sido un Renacimiento, tomar las riendas de su vida y crecer, Para mí fue un doloroso incidente, pero me prometí que esto no me iba a detener, estoy planeando un viaje a Europa y muchas cosas más, sé que por ahí escondida está la angustia de enfermar pero no dejo que ocupe más de un segundo en mi mente y en mi vida, no tengo sueños rosas, pero tengo sueños reales y los he conseguido poco a poco y espero seguir mucho tiempo aquí consiguiendo más.